El Castelón de Coaña es el más popular de cuantos castros se conocen en Asturias. Esta notoriedad se debe a lo temprano de su descubrimiento y a la gran extensión excavada a lo largo de casi doscientos años de intervenciones. Al igual que buena parte de los castros de la región, éste era conocido desde antiguo.
estás en » inicio » el castro de coaña y otros yacimientos visitables » el castro de pendia
Localización:
Pendia, Boal
Itinerario de aproximación:
Acceso señalizado desde la AS-12, a su paso por la localidad de Pendia (P.K. 19)
Carretera local: 2 Km. Pista sin acondicionar: 1Km.
Visita:
Libre
***
La historia de la investigación de este pequeño castro se encuentra directamente vinculada a la del Castelón de Coaña, pues fueron excavados de forma simultánea a comienzos de los años cuarenta por Antonio García y Bellido y Juan Uría Ríu. No obstante, las primeras noticias que dan cuenta de su existencia se deben a Bernardo Acevedo y Huelves que realiza en 1898 una primera descripción de las ruinas, ampliada en 1929 por Alejandro García. En 1934, José Artime, vecino de Boal realiza algunas excavaciones y, finalmente, en 1940 dan comienzo los trabajos que exhumarían el resto del poblado. En 1999, la Consejería de Cultura del Principado de Asturias emprendió la reexcavación de los edificios más importantes como paso previo a la consolidación integral del yacimiento.
El castro ha sido calificado de poblado enigmático por varias razones: a su ubicación topográfica inusual se añade la desproporción entre sus potentes fortificaciones y el reducido recinto que protegían en el que, además aparecen, junto al limitado conjunto de cabañas, dos saunas castreñas similares a las descubiertas en Coaña. Sin embargo, un examen detallado permite al visitante comprobar que, en realidad, un complejo defensivo de tal envergadura responde, precisamente, a la necesidad de transformar un emplazamiento tan vulnerable en lugar seguro para sus habitantes.
El acceso se realiza por un estrecho sendero (1) que deja a la izquierda el foso defensivo que aislaba el asentamiento del resto de la sierra. Sobre su cara interna se aprecia la muralla que remata en torre en el punto más elevado del recinto y desde la que se disfruta una espléndida vista de conjunto. En su interior se disponen una docena de cabañas, de planta circular u oblonga, entre las que destaca por su amplitud y aislamiento la situada en el sector norte (2). Estas construcciones mayores, de aparición frecuente en los castros, son interpretadas como edificios de uso comunal. Algo semejante a lo que ocurre con las dos saunas. Ambas presentaban una estructura similar con cámara principal abovedada, suelo de losas de pizarra y un horno en la cabecera que, mientras en la primera de las cámaras (3), la más elevada, ofrece planta semicircular, es ortogonal en la segunda (4). Por lo reducido del caserío la presencia de dos edificios tan singulares ha sido siempre motivo de especial interés. Esta duplicidad tiene su explicación en la transformación de las viejas saunas castreñas desde sus modelos más primitivos hasta los que alcanzaron la dominación romana. En otros castros como Coaña o Chao Samartín la renovación pudo realizarse sobre los edificios originales, sin embargo, en este lugar el carácter semisubterráneo de la primera construcción y el relieve de su emplazamiento exigieron una nueva construcción.
Por lo que se refiere a su fundación, las excavaciones más recientes han demostrado su fundación durante la Edad del Hierro, si bien el primitivo asentamiento sería más tarde integrado en un recinto fortificado de mayores dimensiones y cronología plenamente romana (siglo I y II d.C.). Algunos testimonios, muy escasos, indican una posible ocupación en tiempos tardorromanos y altomedievales.
Más información sobre el Castro de Pendia
***
Asociación Amigos del Parque Histórico del Navia
Calle Méndez Valledor nº8 1º · 33730 ·Grandas de Salime
Email: info@castrosdeasturias.es